El buen funcionamiento de nuestro organismo depende, en gran medida, de la nutrición y alimentación que le proporcionemos durante nuestra vida.
Los conceptos de “Alimentación” y “Nutrición” aun pareciendo ser similares son completamente diferentes.
La alimentación, es un acto voluntario, que desencadena un proceso en nuestro cuerpo. Es algo que hacemos conscientemente y nos educamos en la elección, preparación e ingestión de los alimentos.
La nutrición, por el contrario, es un proceso involuntario e inconsciente. No podemos educarnos para digerir los alimentos y extraer sus nutrientes, pues esto es algo que hace nuestro cuerpo, dirigido por nuestro cerebro.
Durante la nutrición nuestro organismo transforma los alimentos a través de cuatro procesos: digestión, respiración, circulación y excreción. Durante estos procesos se aprovechan los nutrientes y pueden ser utilizados por nuestras células para realizar sus funciones.
Cuando cubrimos una necesidad fisiológica llamada “hambre”, nos ponemos en la boca, masticamos y deglutimos unas sustancias, ya sean sólidas o líquidas, a las que denominamos alimentos.
Cuando nuestro cuerpo realiza los procesos necesarios, es capaz de extraer los nutrientes que encuentra en los alimentes, y aprovecharlas para realizar sus funciones y mantener la salud.